González Cruz llegó cambiando sillas y al final se quedó sin silla

Como siempre lo he dicho desde que comencé a ser uno de los críticos más fuertes de Arturo González Cruz, ‘No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla’ y a Arturo González por fin le llegó su día para irse de palacio municipal.

Recordemos que el 30 de septiembre de 2019, Gonzalez Cruz, publicó en sus redes sociales que antes de tomar protesta como alcalde de Tijuana, pasaría a comprar con sus propios recursos la silla que utilizaría en su mandato, recalcando que no se sentaría en la misma que le hizo tanto daño a la ciudad, refiriéndose al ex alcalde, Juan Manuel Gastélum Buenrostro.

 

¡Pero qué vueltas da la vida! Hoy por tercera vez, deja la alcaldía y se va con muchas cosas y no fueron logros de gobierno ni mucho menos grandes obras para Tijuana y ni de chiste disminuyó los índices de inseguridad que tanto le han afectado. El ex alcalde se va con una investigación por el homicidio del comunicador Mariano Soto Cortez y pasará a la historia como el peor alcalde que ha tenido nuestra ciudad y como un político que se embriagó y no de la etiqueta azul que tanto le gusta, sino de poder, pensando que con el dinero iba a comprar el cariño de la ciudadanía. También se le conocerá como un hombre corrupto que como los delincuentes se metió al recinto oficial por la madrugada y a escondidas.

Pero como vimos en las pasadas elecciones, nadie lo quiere pues solo obtuvo 3 mil votos a pesar de que se gastó más de 100 millones de pesos en la campaña con el dinero del erario para proyectar su miserable nombre.

El hombre que llegó cambiando silla, cerrando negocios, tratando de censurar a los medios que lo criticaban, y del que tenía prisa, no quedó nada.

Pero, te preguntarás ¿por qué se quedó sin silla? Y no es porque no se pudo llevar la silla que compró, que por cierto la ex alcaldesa Karla Ruiz la tiró a la basura debido a que no se quería salar, sino más bien porque quiso dar un último despliegue político, pero el destino no se lo permitió.

Creyéndose muy inteligente, Arturo, antes de la toma de protesta de Montserrat Caballero, esperó a la gobernadora electa Marina del Pilar en las escaleras de Palacio para tratar de llegar con ella al evento y de esa manera quedar bien ante los ojos de la prensa y de los políticos presentes y que no pensarán lo que es, sólo el apestado de Bonilla.

Marina no se le pudo escapar y lo saludó y Montserrat Caballero, ahora alcaldesa, le tuvo que saludar aunque no de muy buena manera, sólo por puro compromiso al igual que el nuevo secretario de gobierno, Jorge Salazar.

 

Todo en el plan de Arturo González marchaba bien hasta que llegó con la gobernadora electa a las primeras filas, sin embargo los organizadores le dijeron que no había silla para él y como el apestado que es, se retiró como la criada que te roba, sin que nadie se de cuenta.

Pero no se preocupen, nadie lo extrañó en dicho evento, que por primera vez llenó las primeras filas con ciudadanos de las colonias que muchas veces son los que más ayudan en las campañas de los políticos.
El evento fue todo un éxito y con una asistencia excelente, en donde no quedó ni una silla vacía.

 

Por Víctor Lagunas Peñaloza.

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