Vamos aclarando muchas cosas de la salida de Jorge Salazar y lo que puede seguir

Este medio de comunicación fue el primero en informar la salida sorpresiva de Jorge Salazar de la secretaría de gobierno del 24 Ayuntamiento de Tijuana.

Hay algunos quienes aseguraron que tengo un buen grillito en dicho ayuntamiento.

Lo que ustedes no sabían es que su salida ya tenía muchos meses cocinándose, pues no es la primera vez que Jorge Salazar amenazaba con irse, sin embargo esa ya será otra historia.

Mejor les platico del cómo se le fue llenando el vaso hasta que por fin se le derramó.

Para los que son ajenos a la política, es muy bien sabido que algunas de las responsabilidades del secretario de gobierno es ser el segundo al mando, es quien debe de conciliar, el que tiene que poner la cara amable y a veces el que tienen que encarar cuando hay una situación se crisis. En pocas palabras un secretario de gobierno, tiene que realizar el trabajo duro, cosa que no hizo Jorge Salazar.

Salazar hizo historia en el ayuntamiento y no por las 4 narco mantas que le dejaron con extremidades, más bien porque en cuestión de dos meses perdió la gobernabilidad al estar tan friccionado con los regidores. Como olvidar hace unos meses cuando en la delegación del Mariano Matamoros, más de la mitad de Cabildo no se presentó a votar.

Poco tiempo después, a un humilde Jorge Salazar ya se le veía vestir Hugo Boss y zapatos Ferragamo de todos los sabores y colores, marcas que no conocía.

Un error muy notorio, es que quienes lo asesoraban, lo convencieron de que él podría ser el próximo alcalde de Tijuana y rápidamente se le olvidó cómo se llamaba el proyecto.

También mi grillito político me confirma que Salazar quería meter su cuchara en todo y siempre se escudaba con que la jefa lo había enviado aunque eran mentiras y solo por intereses personales.
Esas y otras cosas más fueron las que le abonaron a su salida.

Aunque él diga que presentó una renuncia, en el tercer piso se sabe que en las últimas semanas ya estaba como el
apestado.

Pero bueno… ¿qué es lo que sigue?

Lo que sí les puedo confirmar es que no entrará un secretario actual del ayuntamiento en ese puesto. Con dicha información, queda descartado Miguel Ángel Bujanda, Obed Silva y Gerardo Lopez.

Me dicen por allí que el que anda muy apuntado para ese puesto es Mario Escobedo, ex secretario de Jaime Bonilla. Después de escuchar las declaraciones de la alcaldesa donde parece que se deslinda del Proyecto Bonilla, no creo que se le haga a Escobedo.

Eso sí, hasta un Amador Rodríguez Lozano ya se podría estar chupando los bigotes, pero no creo que llegue.

También hay algunos que dicen que podría ser Castro Trenti pero hay que encordar que el ex embajador dijo que no le interesaba trabajar en el ayuntamiento.

El que también ha levantado la mano es el regidor Eligio Valencia, y la verdad es que no lo veo mal por su cercanía, tablas políticas y apoyo que le han dado sus compañeros regidores por el gran trabajo que ha realizado, no por nada Valencia ha sido regidor más de tres veces.

El que también anda muy apuntado es el ex diputado Héctor Mares, pero mejor que se ponga a trabajar en el Congreso porque no ha hecho absolutamente nada y no le sumaría nada al proyecto de Montserrat Caballero.

También suenan el ex diputado y amigo de la alcaldesa, Elí Topeta y su fiel colaborador, el Oficial Mayor Marcelo de Jesús Machain.

Estas podrían ser algunas de mi proyecciones y si le llego a atinar a alguna de ellas, recuerden que lo leyeron primero en Tj Comunica.

Pero ahora hablemos de los que están nerviosos. Uno de ellos es Adolfo García Duarte, Director de reglamentos y no porque haya hecho un ma trabajo, pero es normal que cuando entra un secretario, salen otros. El ex Regidor que entró en el ayuntamiento de Arturo González Cruz, y actual Director de gobierno, Luis Quezada, quien ya por varias ocasiones estuvo apunto de salir del gobierno por su ineptitud, pero por alguna extraña razón , Jorge Salazar no lo dejaba ir.

¿Se iría con la blindada? ¿con la escolta?
¿Ahora dónde terminará el pobre chiquilín?

Por Víctor Lagunas Peñaloza.

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