Luego del triunfo de Mario Delgado y el rechazo que ha tenido entre los jerarcas de Morena y el gobierno federal, muchos ven al alcalde de Tijuana (con licencia), Arturo González Cruz, como “peso muerto” y es que entre tanta ambición para convertirse en gobernador del estado, aseguran que “enloqueció de soberbia y codicia”, perdiendo completamente el rumbo. En el círculo rojo se observó la caída de González Cruz desde que inició el pleito en contra del Gobernador del Estado, desde ahí, ya se empezó a ver que Arturo solo sabía “vender humo” y es que para todos era una locura que un desconocido al que le sonrió la fortuna gracias a la marca de Morena, ahora se cree capaz de lograr el arrastre necesario para poder asegurar el triunfo marrón en las próximas elecciones, tan solo con un año de mal gobierno, en fin, toda una tontería. El caso, es que parece ser que este fin de semana Arturo González Cruz tuvo un choque con su realidad, viéndose derrotado y marchito, se dice que este pasado viernes ordenó cerrar el bar del Club Campestre de Tijuana para disfrutar a gusto de las bebidas, estando absolutamente solo, únicamente con el personal de servicio del bar. Ahí, dicen, Arturo González quedó ahogado en alcohol, gritando, lamentándose y lanzando tropelías en contra de su mismo equipo, de personajes de Morena y de todo aquel que ahora culpa por su inevitable derrota política. A inicios de su gestión, González Cruz perjuraba que era el candidato de AMLO para ser el próximo gobernador, al inicio sus colaboradores le creyeron, pero ahora se comenta que nadie ha podido comprarle la idea, precisamente porque luego de su salida del gobierno, González Cruz únicamente ha demostrado que se encuentra en la orfandad política, es el apestado de Morena y realmente nadie quiere construir a su lado, seguramente al darse cuenta de su verdadera realidad, González hizo lo que mejor sabe, olvidar todas sus penas acompañado únicamente del Dios Baco.
Una millonaria cuenta con el gobierno de Baja California que encabeza el Gobernador Jaime Bonilla, arrastra el empresario Fernando Beltrán Rendón, el comerciante favorito de gobiernos panistas a quien se le conoce nacionalmente como un promotor ligado a Box Azteca, -se dice- ha podido hacerse un espacio para seguir haciendo negocios, a pesar de que su compadre Francisco Vega de Lamadrid tiene sendas denuncias penales en su contra, y es perseguido por la justicia en tiempos del gobernador Bonilla. La cuestión con el empresario ligado a “Kiko” Vega, es que ahora está metiendo en un serio problema a los diputados, particularmente a la diputada Eva Gricelda Rodríguez, quien dirige la Comisión de Fiscalización del Gasto Público en el congreso de Baja California, y ya preparan una salida al problema por el rezago que tienen en los análisis de cuentas públicas. Y es que gracias al millonario adeudo que la empresa de Beltrán Rendón arrastra desde 2016, ninguna cuenta pública de la paraestatal conocida como Admicarga, encargada del título de asignación de la vía ferroviaria entre Tijuana y Tecate, ha podido ser aprobada, y dicen los que saben del tema, que es cuestión de voluntades legislativas para que eso se resuelva. Baja California Railroad, la empresa que mantiene un contrato con Admicarga para explotar la vía del tren y que está ligada a Beltrán, está obligada a darle poco más del 7% de sus ganancias al estado por prestar servicio de carga en la vía, cosa que no ha hecho desde 2016, y por eso desde entonces las cuentas públicas de Admicarga están en la congeladora. Hay que decir que el adeudo identificado en el análisis de la cuenta pública del 2016, es decir, la última hecha por la Auditoría Superior del Estado (ASEBC) y la Comisión de Fiscalización, ascendía a 188 mil 657 dólares, de los que Beltrán apenas pagó 30 mil. Lo raro del caso es que en 2018, la ASEBC detectó que Admicarga pudo cobrar esa millonaria cuenta y no lo hizo, y ahora Beltrán Rendón parece estar muy tranquilo cargando esos pasivos, pues incluso promociona a su empresa como la responsable de darle mantenimiento a las vías del tren, aunque en realidad fue la administración de su compadre quien lo hizo durante años. Ahora en esas mismas vías, es cuestión de tiempo para que la titular de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano Territorial, la probada Karen Postlethwaite, inicie los trabajos de análisis para conocer quién será la empresa que ganará la adjudicación directa para usar el mismo tramo de vías ahora para transporte de pasajeros. Los enterados comentan que ahora que Beltrán no tiene el cobijo del diputado Miguel Ángel Bujanda ni de la panista Eva María Vázquez, se sabe que un arrojado par de diputados que integran la Comisión de Fiscalización se han quemado las pestañas revisando la gestión de Admicarga para reportar a un superior político que maneja excelentes relaciones con periodistas, para filtrar nuevas informaciones de la empresa de Beltrán y que así se revelen las tropelías hechas en el pasado y por fin se le obligue a Baja California Railroad a pagar los millonarios adeudos que tiene con el noble estado de Baja California, ya que, como ha quedado muy claro “aquí no hay vacas sagradas”. Aunque estos problemas fiscales en la empresa de Beltrán están por divulgarse, ellas apenas representan la punta del iceberg de otras irregularidades entre Admicarga y Fernando Beltrán, quien por años ha explotado las vías del tren bajo licencia.
Columna del Mexicano.