Es doloroso imaginar la pena que embarga a los padres y familiares del niño, Yurem Abdiel, quien perdiera la vida a causa de una bala perdida durante un enfrentamiento entre policías municipales y un presunto delincuente.
Como padre de familia y legislador del Congreso de Baja California me encuentro sumamente preocupado por los altos índices de violencia que la delincuencia genera a diario en una entidad en donde la estrategia para combatirla sea la reacción y no la prevención.
Es doloroso reconocer que la violencia nos ha llevado a encerrarnos poco a poco en nuestros hogares con la idea de que ahí estaríamos a salvo de ella, sin embargo la realidad es que sin estrategias efectivas que busquen prevenir los delitos nos tendrá a merced de ella.
¿Cómo explicarle a una madre que su hijo ha muerto en el fuego cruzado entre la de delincuencia y las fuerzas del orden?
Yurem Abdiel González Carrasco, fue abatido en la aparente seguridad que le daba el estar en el patio de su hogar. Junto a él se encontraba su hermano menor de apenas 3 años de edad a quien por fortuna no lo tocó una de las tantas balas disparadas por los oficiales en lugar de los hechos.
Hoy de manera muy especial, levanto la voz y llamo, exijo de manera enérgica a las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) a que depositen toda la atención del caso para determinar lo justo y así la familia de este angelito pueda tener paz y consuelo.
Es devastador analizar un caso en donde no hay nada rescatable, salvo que debemos tomar en cuenta que todo se inicia con un delincuente generando inseguridad en las calles de la ciudad seguido por policías que realizaban su trabajo, que no es otro que poner en custodia a quien represente un peligro para la sociedad.
Hoy, solo queda una madre con el corazón desecho que lo único que pide es justicia y que no se le trate de engañar. Una madre a la que nada ni nadie, le podrá quitar el profundo dolor que le acompañará por el resto de su vida al no poder ver a su pequeño crecer y vivir feliz a su lado.
Del otro lado, un policía, un ser humano que se atormenta al saber que fue su arma la que disparó la bala que terminó con la vida del niño Yurem un padre de familia que temeroso estará por la endeble estabilidad de su fuente de trabajo y sustento para su familia.
No le será fácil enfrentar a un sistema legal que lo desprotege y que no le apoya de la manera que se requiere, un sistema que lo manda a realizar un trabajo exigiéndole dar lo mejor de sí, pero no le provee de las herramientas necesarias y lo traiciona cuando los resultados son desfavorables.
Hago un enérgico llamado al Alcalde de Tijuana para que apoye a los oficiales en la misma medida que exige que el cuerpo de policía redoble esfuerzos aun con sueldos raquíticos, sin equipo necesario, sin adiestramiento, sin apoyo jurídico, sin seguridad social para sus familias.
Alcalde Arturo González Cruz, la ciudadanía necesita ver a sus gobernantes tomar el toro por los cuernos, salir y enfrentar las críticas de la sociedad con la seriedad y el temple que la situación requiere. No rehúya al compromiso de garantizar la reparación del daño a la familia del niño abatido por un arma de la secretaría de Seguridad Pública bajo su mando.
Hace tiempo que el clamor de una sociedad que exige seguridad y tranquilidad para sus familias no es escuchada. Ahora no solo las calles son peligrosas, sino que la violencia ha trascendido y hoy toca las puertas de todos y cada uno de los ciudadanos que Usted juro servir y proteger durante su mandato… ¡Haga valer su palabra y cumpla!