Un narco se expone en pelea de Julio César Chávez
El 20 de febrero de 1993, Julio César Chávez haría historia, no solo en México sino en todo el mundo al llenar el majestuoso Estadio Azteca con más de 100 mil personas para ver su pelea ante el norteamericano Greg Haugen
Francisco Arellano Félix, quien junto a varios de sus hermanos fundara el Cartel de Tijuana, organización fuerte dentro de la delincuencia organizada en México.
En algún pasaje del libro de J. C. Chávez y su hermano Rafael "La Verdadera Historia", detallan cómo se dio aquella osadía de Francisco de salir a la luz pública, a pesar de ser buscado por las autoridades.
el narcotraficante se puso una peluca, se calzó una de las clásicas bandas para la cabeza de Chávez y salió.
"Pancho (Arellano Félix) ya tenía problemas con la justicia y venía en la bola con nosotros, vestido de etiqueta y con una peluca; no le importó ser visto en televisión a nivel mundial al lado del campeón. Del vestidor al túnel recorrimos aproximadamente diez minutos caminando", cuenta el exboxeador.
"Pancho Arellano. Era un empresario de Mazatlán, no tenía negocio con el narcotráfico de manera directa. Lo que quiero decir es que no traficaba con droga, ni tampoco era identificado como un capo de la mafia. Era visto como un hombre de negocios prolífico, incluso recibió reconocimientos de distintas cámaras empresariales por los espectáculos que presentaba en Mazatlán con los cantantes del momento. La gente lo quería mucho por lo que yo me pude dar cuenta, pues le ayudé a armar la función donde pelearía mi hermano. Recuerdo que Pancho Arellano manejaba un automóvil blindado marca Cougar, de la Ford, con un teléfono integrado (en esos tiempos casi nadie portaba un teléfono en su automóvil). Nunca estaba solo, siempre se le veía acompañado por lo menos con dos escoltas. Yo no me chupaba el dedo y sospechaba que quizás estaba lavando dinero o tal vez sus hermanos le proporcionaban tal seguridad para su protección por llevar el apellido Arellano Félix".